Todo lo que se acerca
hacia mí está inconsciente. No se convierte en algo concreto.
La escritura busca
horizontes que no son propios de ella. No importa. ¿Qué importa? Nada. Sólo
somos esclavos de una ilusión inexistente. Somos más esclavos por creer que
existe.
Yo puedo mostrar el
cielo mediante mis palabras, puedo hacer que creas que sos feliz. Pero las
plumas de la mañana cotizarán tu alma. Mientras todo sigue tranquilo...
Hasta que apareces
reventando todo lo que me supo cubrir en mis soplos blancos. Todo se relaciona
con todo.
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