Ésta era mi patria hace
un año atrás, y ahora me he quedado acostado al ras del suelo.
Hola hermanos míos,
tengo un sudor de recuerdos para contarles.
Miren mis heridas, estoy
muy lastimado.
Tengo ansias de estar
donde había nacido. Y deseo ser su hermano antiguo.
Ahora veo las lágrimas
en mis dedos, pero nada se digna a sanarme.
¡Que pena esta lejanía
que nos separó!
Ya no están más las
casas azules, ni los niños que correteaban tras su simpleza.
Hoy hay hambre, hombres
malos que dan rienda suelta a su odio y a su egoísmo.
Temen creer en Dios, por
lo tanto no lo buscan.
Encienden su fuego de
egolatría y queman la amistad, dejándola sola a su alma.
No aman, no hay algo en
sus corazones.
Todos están desolados y
tristes.
Todo es triste.