domingo, 23 de marzo de 2014

Bifurcando circunstancias

Has dejado mi piel en una hoja. Muchas veces la encuentro dentro del libro que sabes que me encanta.
Miro la luz, la toco y siento tu piel, entonces pongo el libro bajo la luz para que hagamos el amor.
Tengo un ánfora en el pecho, ánfora tan grande que se come mi esencia y termino siendo el ánfora de mi pecho. Y camino bajo la lluvia, y sos la esencia de cada gota. El ánfora se llena de lluvia.
Siento la presión desde afuera. Creo que no soy el que sale del árbol, sino el que entra por las hojas.
Me acuesto en tu pasado y te empiezas a elevar. Te sitúas encima del árbol y el sol te regala unas alas de verdad y bajas hasta la tierra, me recoges de entre las manzanas y me abrigas con una nube.
La noche sos vos. Ayer desperté de noche y creí que no te perdería. Ahora vuelas otros cielos y te abrazan otras nubes. Sos un ángel en un cielo irresponsable y poco comprometido.
Dios me pregunta ¿por qué es tan difícil crear una historia de amor? Y yo le respondo al mostrarle tu nuevo cielo y tu ausencia en mí.



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