Yo tengo una neurosis
pública que nunca la aceptaré. Soy tu esquizofrénico de juguete, puedes hacer
vuelos hasta donde ya sabes. Y desde ahí me verás haciendo cálculos para poder
cambiar tu esencia por tu amor. Veremos qué nos da más plata, el alma o la
palma. Y entonces veo una canción en tu recuadro y te recuerdo fotografiada.
Pero igual puedo cambiar todas las formas que se te vengan en la cabeza, yo sé
que puedo volar contra el ímpetu glamoroso del tiempo. Siento cierta
tranquilidad por la salud de la música, es la única que podrá establecer
igualdades entre antagónicas lejanías. Todo se va explicando poco a poco. Soy
esa neurosis facial, de la cual padece el alma y nosotros sabemos por qué es
tan triste la palabra amor en su crisis final. Me siento identificado conmigo
mismo. Me di cuenta de que tengo un valor, y es un regalo para toda la gente
que cree acompañarme entre las nubes rocosas. Vendo tu frescura en un trozo de
abrazos y besos. Puede que haya algo más cierto en todo lo que vengo diciendo,
pero el objetivo principal se cumple tras años de intentos en la ciencia del
comprender.
No hay comentarios:
Publicar un comentario