Las terribles
apariciones de un juego, que comienzan a hacerse ver. Son tan estúpidas que no
dependo de ellas. Choco contra nubes y los ángeles me escupen. No sé qué hay,
solo sé que no es algo bueno.
Escucho carcajadas por
todos lados, sin embargo, estoy solo.
Unos ojos me miran, unos
ojos sin lágrimas, ojos lastimados, profundos, marrones y rojos. Ojos de un
estúpido soñador.
Todo se me viene abajo
cuando vuelo muy muy alto.
Es una lástima no
poder... acordarse de lo que uno se olvida.
¡Qué esfuerzo inmenso es
vivir!
La concha de la lora. Siempre me pregunto si es necesario que tenga
que estar aquí…¡que lo re mil parió!
No sé qué tengo, no sé
qué me falta, no sé qué voy a conseguir, no sé qué perdí.
No sé no sé...
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